El tiempo nos da a tod@s unas experiencias y perspectivas en los asuntos que se nos van poniendo delante nuestra día tras día que, nos enseña a gestionar cada vez mejor los problemas que se van estableciendo en nuestro camino.
Mi experiencia tanto personal como laboral, me ha enseñado multitud de cosas, y factores que me hacen saber lo que quiero en lo que a gestiones con el dinero se refiere, es decir, se lo que quiero en cada momento y sobre todo lo que NO quiero. Esto lo digo porque si necesito dinero prestado para comprarme un coche (carro), un teléfono móvil (celular), o un préstamo para una casa, soy yo el que va a un banco, ya sea el mío u otros, para buscar la mejor opción y contratar lo que mejor se ajusta a mis necesidades con respecto a la adquisición que voy a hacer o el efectivo que voy a necesitar.
¿Por qué hablo de esto cuando es algo que se presupone que la gente sabe y hace? Pues porque a la hora de la verdad no suele funcionar así, ya que a día de hoy es prácticamente imposible pisar una sucursal bancaria sin que te hablen de un seguro que te vendrá muy bien y a un precio muy "económico", un fondo de inversión que solo da ganancias y el tiempo de salida mínimo solo será de dos años, entre otras muchas ofertas. Ante estas ofertas la mayoría de gente pasa de largo pero es verdad que un porcentaje nada bajo las acepta, y si no que se lo digan a esa pobre gente que dijo sí a unas "acciones preferentes" de bancos que ni los mismo trabajadores sabían cómo funcionaban y varios años después aún no lo saben.
A día de hoy podemos pensar que esto está controlado y que los productos que nos ofrecen están catalogados con 1/6 (medidor de riesgo por los bancos) o que no tienen riesgo, todo son ganancias, pero a la hora de una inversión hay que andarse con ojo y estudiar el producto o de lo contrario ir a un asesor financiero (ajeno a la entidad) y que nos aconseje. El hecho de buscar un asesor debería ser más común de lo que mucha gente se cree, y no solo pensar que está reservado para unos pocos con dinero, ya que el hecho de gastarnos unos dólares/euros en alguien que nos asesore y nos informe de lo que vamos a comprar o que comprar, nos puede ahorrar mucho dinero en impuestos, y también nos puede evitar muchas pérdidas.
También es común recibir llamadas de nuestro gestor bancario (persona que lleva nuestra cuenta en la sucursal a la que pertenecemos) y decirnos que tenemos un préstamo preconcebido o que tenemos acceso a una tarjeta de crédito que no teníamos antes, y que solo con una firma tenemos todos estos productos a nuestro alcance. Pero antes de firmarlo, de ir a un asesor para que nos informe o de cualquier movimiento, pregúntate, ¿lo necesito realmente o si nunca hubiera sabido de esto, mi vida seguiría igual y no me beneficia para nada? Si la respuesta es no, solo tendrá una tarjeta que quizás un día use y se convierta en una espiral de dinero que sale de su bolsillo y que no sabe como acabar con ella, o un dinero que le conceden con ese préstamo que no le vale de nada y que tendrá que devolver mes a mes sin que le haya ayudado en ningún momento.
Resumiendo, seamos inteligentes usemos a los bancos cuando nos convenga a nosotros y no cuando ellos necesiten activar una tarjeta para llegar a sus objetivos o hacer una nueva cuenta ahorro o cualquier producto que te quieran encasquetar, ya que a ellos les supondrá un poco menos de dinero en sus nóminas ese mes, pero a ti te puede suponer muchos meses con problemas para hacer frente a ese producto contratado, o algo incluso peor, como pasó en España con las acciones preferentes de ciertos banco.
Recuerda, los bancos no son tus amigos, por mucho que conozcas al gestor o que este sí sea tu amigo, cuando se ponen los trajes y entran a sus sucursales no hay amigos, solo clientes y beneficios.
Un saludo a tod@s y BIENVENIDOS A SPANIARD CAPITAL.