Ferrari tiene el 90% de su ADN de competición, Enzo Ferrari comenzó a entusiasmarse con los vehículos a una edad muy temprana cuando vio una competición que pasaba por su localidad. Esto le llevo a poco a poco comprar un coche e ir compitiendo de manera legal e ilegal, para marcas como Alfa Romeo. Consiguió abrirse un hueco en un sector donde Italia lo tenia cubierto por Alfa Romeo.

Consiguió crear una empresa que se dedicaba única y exclusivamente a la producción de coches de competición, la Scuderia Ferrari. Esto es algo que a día de hoy puede tener sentido por si solo, por el dinero que la competición llega a mover, pero que en aquel entonces no daba tanto dinero, por lo tanto Enzo tuvo que empezar a crear coches para la venta al publico, algo que no le entusiasmaba pero que le permitía seguir desarrollando su sueño, un coche que no tuviera que frenar en las curvas y que fuera rápido en recta.

En 1.950 fue la puesta de largo de Ferrari, con Alberto Ascari, Juan Manuel Fangio y Mike Hawthorn empezaron a llegar los primeros éxitos de la empresa del Cavallino Rampante. No había circuito que se le resistiera a Ferrari, consiguiendo trofeos en todas las pistas del mundo, y sobre todo en la mítica Le Mans. Consiguiendo varias victorias antes de 1.960, fue en este año donde empezó a hacerse notar, ganándola de manera consecutiva desde este año hasta 1.962.

En este año en el que consiguieron su 4º titulo consecutivo en el trazado francés, la empresa estaba mermada económicamente y planteándose la venta de la compañía para así seguir compitiendo y sanear las cuentas. Aquí entró la empresa americana Ford, que ahora dirigida por el hijo del fundador, Henry Ford II se dispuso a comprar la compañía Italiana y así competir con sus coches, y poder usar la experiencia de Ferrari y competir con los coches de la marca italiana.

El problema era que con los 16 millones de Dólares de la época, Ford pretendía hacerse con el control de la compañía, es decir, la parte de la competición incluida. Dicen las malas lenguas, que en la reunión de Enzo Ferrari con los directivos de Ford en los que no estaba Henry Ford II, Enzo vio la cláusula en la que Ford se haría cargo también de la parte deportiva, por lo que decidió que eso no era lo que el quería, ya que su pasión era única y exclusivamente la competición. Hay otra versión que dice que la renuncia de Ferrari a firmar el traspaso de la compañía no fue en la reunión de la firma, sino en su despacho revisando los documentos y llamando Donald Frey para rechazar el contrato.

Sea como fuera, seguiré con la primera versión, en la que una vez llevada a cabo la reunió y rehusada la firma por parte de Enzo, los directivos de Ford salieron del despacho y llamaron a Henry Ford II, que ordenó la creación de un coche que batiera a Ferrari en la siguiente edición de Le Mans, una tarea muy difícil debido al poco tiempo que había para la realización del proyecto, menos de 11 meses para tener el coche listo.

Para la realización de este coche se contacto con Carroll Shelby, un piloto y diseñador de coches que ligó su nombre a Ford gracias a creaciones espectaculares sobre los Ford, en especial sobre el Mustang. Consiguieron crear un coche rapidísimo, capaz de alcanzar 320km/h en recta. Este coche era el Ford GT que media un metro y contaba con un motor V8, contratando al piloto Ken Miles para domarlo. Después de una primera prueba vio que el coche necesitaba mucho trabajo ya que derrapaba en recta a velocidad máxima y la calidad de frenada no era buena. 

Ford consiguió llegar a la carrera de Le Mans en el plazo acordado, pero en esa carrera, en la de 1.964 todos sus coches abandonaron por avería o por salir ardiendo, Ferrari consiguió los tres puestos del Podium. Con esta humillación Ford se preparó para volver al año siguiente con un coche que pudiera batir a los Ferrari, por lo que siguieron invirtiendo en el Ford GT, con Shelby y Miles a la cabeza del proyecto.

En 1.965 llegaron 6 coches Ford a Le Mans, de los cuales ninguno consiguió terminar por diferentes circunstancias, lo que provocó que la Scuderia Italiana se volviera a hacer con la victoria en la prestigiosa carrera francesa.

La inversión de Ford empezó a ser enorme, a día de hoy prácticamente incuantificable, por lo que llegó la toma de decisión crucial, abandonar el proyecto o continuar y hacer un gran esfuerzo para crear ese coche que consiguiera batir a los Ferraris. Henry Ford II decidió ir a por todas y decidió luchar un año más, por lo que decidió invertir más dinero en el desarrollo del Ford GT40 Mk. II.

En la carrera de 1.966 Ford llegó con 8 GT40 a la carrera, Ferrari lo hizo con 3 Ferrari P3, con una velocidad máxima de 305 km/h era mucho más lento que el coche de la marca americana, pero con un paso por curva mucho mas rápido que le hacia no tener que aflojar tanto en la frenada. Esto junto a su arma secreta, John Surtees, el mejor piloto del mundo campeón de Formula 1 y único capaz de dominar en Formula 1 y Moto GP, harían que fuera difícil que a Ferrari se le escapara la victoria y así conseguir revalidar el titulo.

Pero unos problemas burocráticos obligaron a Surtees a dejar el equipo en vísperas a la carrera, un hecho que después pasaría factura a Ferrari, ya que dejar de contar con el mejor piloto del mundo en ese momento, era un lujo que un equipo que estaba en una dura lucha como la que estaba manteniendo con Ford, no se lo podía permitir.

La carrera comenzó tras la bajada de la bandera a cuadros por parte de Henry Ford II, pero no todo iría tan bien para Ford, ya que llegada la noche Ford había perdido 3 de los 8 coches que llegaron a la carrera, y los que aun seguían en pista, estaban advertidos para no apretar por miedo a romper, una advertencia que Miles desoyó y empezó a apretar a los Ferrari que iban en cabeza. Al día siguiente Ferrari había perdido coches, y Ford consiguió pasar la bandera de cuadros del final de la carrera en cabeza con el coche de Bruce McLaren y Chris Amon en cabeza, seguido por el de Miles.

Esta victoria de Ford solo sería el comienzo de unos años dominando en la carrera de resistencia del trazado francés, siendo el año 1.969 el último que lo consiguió en la categoría máxima, pero Miles, el desarrollador que estuvo a los mandos del Ford durante miles de horas, falleció meses después de la primera victoria, probando las nuevas versiones del Ford GT40. 

Desde la década de los 60, ninguno de los 2 constructores ha conseguido ganar en la categoría máxima de Le Mans, aunque si lo han conseguido en categoría menores de la mítica carrera, en 2016 Ford con un GT nuevo y en 2.019 Ferrari con un 488.

Con respecto a números, el precio de compra de Ford a Ferrari era de 16 millones de Dólares de la época equivales a unos 134.323.668 de Dólares, una cifra nada despreciable, pero que empequeñece si tenemos en cuenta la inversión que hizo Ford para desarrollar el coche ganador del año 1.966 hasta 1.969, ya que se empleó una tecnología que a día de hoy puede resultar normal para el mundo de la competición pero que en esa época era una novedad muy costosa, como una simulación de la carrera desde las instalaciones donde se encontraba la desarrolladora del vehiculo. 

Ambas marcas han conseguido destacar en otras competiciones como son Formula 1 en el caso de Ferrari y Rallies y competiciones americanas en el caso de Ford, siendo referentes en competiciones y a la hora de venta de coches al público, cada una de ellas con su consumidor objetivo

En 1.969 Ferrari vendió parte del negocio a FIAT que entro a formar parte del consejo de administración de Ferrari, pero eso no empequeñeció a la compañía del Cavallino, que siguió cosechando victorias en Formula 1 y teniendo en sus filas a los mejores pilotos de la historia.

Los Ford GT40 ganadores de la carrera tienen un valor de unos 15 millones de Dólares, y el Ferrari P3 que perdió en 1.966 pueden costar 20 millones de Dólares.

La película se estrenará a nivel global el próximo 15 de Noviembre y ha tenido un presupuesto de 97 millones de Dólares, algo que presumiblemente superará con facilidad gracias a la preciosa historia que cuenta y al elenco que forma parte de esta esperadísima película.